En los últimos 40 años la industria vasca se ha reducido a la mitad.
Ha pasado de representar el 49% del PIB en 1977 al 24% en 2018, según los datos del INE.
Se han perdido el 54% de los empleos industriales: los 423.000 empleos industriales -empleo estable y de calidad- en 1975 han quedado reducidos a 194.000 en 2018, un cuarto de millón menos.
La responsabilidad del PNV
El PNV se presenta como el valedor de la industria vasca, pero los hechos dicen todo lo contrario. Y el mejor ejemplo es lo que ha ocurrido con empresas emblemáticas como Fagor, Xey, Cel o la Naval, entre otras muchas. Empresas con accionariado público o con grandes ayudas económicas del gobierno vasco, que han acabado cerrando o en manos de compañías extranjeras.
La movilización del metal vizcaíno contra la desindustrialización y contra la precariedad, ha puesto de manifiesto la responsabilidad del PNV y el fracaso de su política industrial, sometida a las exigencias de Bruselas y a los intereses de los grupos monopolistas.
En La Naval se negaron a cualquier posibilidad de intervención pública para hacerse con los activos del astillero y elaborar un plan de viabilidad público o compartido con los trabajadores, dispuestos a poner el dinero de sus indemnizaciones para continuar con la empresa.
Se ha “rescatado” con dinero público a las entidades financieras, a las eléctricas o las autopistas deficitarias. Pero no ha existido voluntad política ninguna por parte de los gobiernos central o vasco en salvar a miles de empresas productivas y el tejido industrial.
Recortes Cero propone un compromiso con la industria vasca.
-Un Plan de Reindustrialización y Empleo vinculado a la economía verde y las nuevas energías, con protagonismo de las pymes y las cooperativas.
-Financiado con la creación de un Fondo Especial de 5.000 millones, aportado por las entidades financieras que operan en Euskadi (Kutxa Bank, BBVA, Caixa, Sabadell) y se han beneficiado del rescate financiero con dinero público.
¿Qué dice Recortes Cero…?
Para acabar con el paro y la precariedad
Se puede acabar con el paro y el empleo precario impulsando la reindustrialización y el desarrollo de las energías renovables, para crear empleo productivo, de calidad y con derechos.
La tasa de paro en Euskadi, según la EPA, es del 9,1%%, la más baja de toda España, pero iniciamos 2020 con casi 118.000 parados inscritos en las oficinas del paro, el 56% son mujeres y el 20,4% jóvenes menores de 24 años.
La precariedad laboral es estructural, las empresas están aprovechando la reforma laboral para recurrir masivamente a los contratos precarios y el empleo que se crea es temporal. De los empleos que se crearon en enero el 91 por ciento eran temporales.
1. Con el Plan de Reindustrialización y Empleo, además de modernizar y crear tejido industrial podrían crearse miles de empleos industriales estables, de calidad y con derechos.
2. Exigiendo que la banca devuelva el dinero del rescate bancario, y utilizarlo para crear el Fondo Especial de Reindustrialización y Empleo, dotado con 5.000 millones de euros para crear 100.000 empleos estables y de calidad en proyectos vinculados a la reindustrialización, a las nuevas tecnologías y a las energías renovables
3. Derogar las reformas laborales, responsables de la precarización del mercado de trabajo, especialmente de jóvenes y mujeres..
*50.000 euros es la inversión necesaria para crear un puesto de trabajo en la industria en España, según un informe de la Ford.
Mucho cuento y bastante demagogia,así está el país (referencia el coletas)